El loco, la ficción, la inspiración y la biografía. Doce pasos hacia la crueldad, un individuo expulsado que acumula la tensión, hasta su caída. Del éxtasis a la agonía.
Ahora sin mayúsculas en los títulos, Por cesárea es el nombre de la segunda obra de Dillom. Luego de POST MORTEM, su consagrante ópera prima, este segundo ensayo profundiza en la idea del disco como unidad; atravesado por un mismo concepto, para ser escuchado de principio a fin. Esta vez, es un cuento.
Desde el título nos plantea el intimismo de un nacimiento —“el primer trauma”—, pero intervenido quirúrgicamente —la sociedad—. Un modo artificial de llegar al mundo.
“El disco tiene un juego con lo maternal y la figura de la mujer y tiene un lenguaje medio quirúrgico, grotesco, que iba muy a la par con todo eso”
[Dillom para Rolling Stone]
Algunos se enojaron con él por traicionar su origen en el trap y virar hacia el rock. Si bien Dillom es un artista que dudo quepa dentro de esos difusos límites del rock, su vuelta a lo acústico con una banda de batería, bajo, guitarras y coros lo vincula con la forma de hacer música como antes, también notable en las referencias que nombra.
Sin embargo, la incorporación de samples, filtros, baterías electrónicas y el indispensable cuarteto de cuerdas —el divergente, dirigido por Terán— resultan recursos más frescos. Todos confluyen para representar la oscuridad desde una concepción tímbrica: una narración que recurre al texto, pero también a voces, personajes, ambientes, escenas; sensaciones que construyen la psiquis de un protagonista perturbado. La bipolaridad en las emociones distantes, expresadas en la intensidad de la variación tanto al interior de las canciones, como en el contraste entre ellas.
Compuesto por doce tracks inauditos hasta el pasado 26 de abril, la concepción de este disco como obra de Arte es también sostenida por la postura anti-comercial en su lanzamiento sin campaña promocional, ni cortes comerciales, anunciado con sólo tres días de anticipación. Un artista independiente que le declara la guerra a Miami en vivo y adjudica el éxito de su obra a que “la gente se cansó de la música de verga” vistiendo una remera de Viejas locas. Esa libertad creativa, de animarse a lo raro, sin censuras, es gracias a su independencia en el sello Bohemian Groove. La posibilidad de hacerlo aunque no iba a ser comercial y por ende, no iba a irle bien.
Sin hacer mierda pa’ la radio aparecí en el mapa y todavía Rolling Stone no me da la tapa
[OLA DE SUICIDIOS (simple, 2023)]
Cuando la rebeldía se habilita y la creatividad no se restringe a la estrategia de marketing, las reglas del mercado sucumben ante el comportamiento impredecible del gusto. Un éxito que va en contra de las sacralizadas estrategias de lucro de las grandes discográficas.
Creo que hay algo en lo que Dillom transmite que nos habla del ahora y la abundancia del desquicie. Mi primera impresión fue sentir que transmitía una agresividad que venía necesitando escuchar.
Empezamos por el bajo, introduciéndonos en una escena intrigante. Al contarnos su vida Últimamente, conocemos al personaje/alter-ego que nos cuenta su historia desde el principio y elige presentarse partiendo de su lugar como víctima: su infancia junto a una mala madre. Se va oscureciendo a medida que la tensión acumulada nos lleva al momento que interrumpe su infancia. La canción se quiebra con una melodía de kalimba1 y un hijo le reclama a su mamá:
Se supone que vos sos quien debería cuidarme
Con rapidez, cuando nos habla de la chica que le gusta en La novia de mi amigo, conocemos una faceta más cute del narrador. La dulzura y la ternura también pueden ser atributo de los perturbados.
Un deseo que lo desborda al punto de querer unir sus cuerpos en una Cirujía, con un ritmo ligero y una batería fuerte, las confesiones del enamorado nos enfrentan con la obsesión y la locura que pueden esconder los discursos amorosos. Como cuando The Police canta “I’ll be wathcing you”, un ritmo ligero para decir algo crudo pero que suena romántico, la crueldad logra camuflarse de dulzura. El fino límite que pasa desapercibido si cantamos distraídos. Y no es inocente, ya que este fue pensado como el track central del disco, una canción fogonera que ya nos anticipa:
por vos voy en misión suicida
pierde valor la vida cuando no soy tu diversión
Una introducción instrumental jazzera con un saxo como protagonista, nos deja descansar del agite de la canción anterior mientras nos transporta hacia un registro menos alegre. En Mi peor enemigo nos cuenta sus frustraciones junto a Calamaro, que canta el estribillo como una voz en la cabeza del protagonista, con quien no interactúa.
Con (Mentiras piadosas) vuelve el sentimiento a jazz en el teclado y un acompañamiento a lo lo-fi. Una voz tan distorsionada que resulta irreconocible, con poca letra, ofician de interludio.
La voz de Lali y su acompañamiento procesados irrumpen. Ya no instrumentos acústicos, ahora un bajo electrónico, un bombo acompañando como latido. En un ajeno contexto hiphopero, la cita a María Elena Walsh nos habla de un sueño y pareciera que estamos en él. Comienza hablando del padre, figura que aún no había aparecido en las letras del músico y a quien le canta “quiero sentir que soy La carie de tu muela”. Ya empezamos a conocer al personaje en su absoluta crueldad, full esquizo, un sociópata que se pregunta:
¿Cuál es el problema si un poco me calienta la desgracia ajena?
Pero es en Buenos tiempos que conocemos al villano. Con un inicio donde vuelve el Dillom más del trap, con letras irónicas, sin miedo a las frases polémicas y que se burla de los otros para definirse, en un estribillo que promete: “El día que muera moriré en mi ley”.2
Un sample de los Beastie Boys como elisión nos lleva al final del tema y se derrite en una paleta oscura, con un ritmo trapero y un grave bombo como golpes. Una voz hiperdistorsionada con ironía canta que se siente mejor que nunca. La repetición obsesiva de un “matar matar matar” susurrado nos deja con la sensación de que un loco anda suelto y anticipa el desenlace de esta historia.
Con un recurso similar, Muñecas empieza como una canción coreable y ligera. Pidiendo sopermi, incluye una cita de los Miranda: “Quiero conocerte, cambiarías un poquito de mi suerte”—melodía incluída—. Progresivamente se disipa el romance y coqueteando con lo kinky se expone cada vez más tenebroso:
Me gustaría verte atada a la cama sin que puedas moverte
¿Querías conocerme?, vos seguime la corriente
voy a llevarte a lo profundo de mi mente
Mientras desaparecen el teclado y las guitarras, la voz cantante disminuye hacia el susurro. El enojo crece mientras la percusión se acelera. La presencia del bajo se expande y una tenebrosa melodía aguda acompaña el relato, convirtiéndolo en uno de terror hasta su sentencia final: “hay problemas que solo los soluciona la muerte”, representada por un bajo distorsionado como punto final.
Como referencias, Dillom nombró dos canciones -una de Eminem y otra de Kendrick Lamar- donde adoptan la voz del violento frente a su pareja, lo que hasta ayer parecía ser un riesgo de cancelación. Para sorpresa del músico argentino y su equipo, que creían que cantar sobre un femicidio sería demasiado polémico, Muñecas fue el tema con más escuchas y de mayor repercusión en el lanzamiento del disco.
Un interludio instrumental representa lo inenarrable; (Irreversible) es la muerte. La intertextualidad con la película de Gaspar Noé3 no está dada sólo por el título, también comparten la tematización del odio y la representación de la violencia de género. También se oyen similitudes con la banda sonora, sus repeticiones cíclicas y la composición por capas que varían progresivamente.
Los suspiros agitados y el latido que paulatinamente desaparece, tambores que parecen un ritual. Un ritmo semi-regular y el efecto polirrítmico entre las diferentes capas representan el mareo, el jadeo, como si siguiéramos en la mente del asesino. En un proceso in crescendo hacia el final, dejamos de oír el latido mientras permanece una nota aguda y sostenida, como cuando un corazón deja de latir en una internación.
Coyote es el punto de no retorno y el comienzo de la caída del villano. Con paranoia, sucumbe a la entrega total: “Acá estoy, vengan a buscarme.” En una actitud y ritmo punk, vuelve la voz distorsionada y a los gritos. Nada pierde quien nada tiene.
En un tono melancólico y junto a un piano tambaleante, el último paso de esta historia comienza cantando:
Los rivo’ y los clona’ son mi reiki y yoga
Como continuando la frase de Muñecas —“la maldad que llevo dentro no se saca con Reiki”—, el protagonista ya vencido nos hace reflexionar sobre el lugar de la maldad en la sociedad. ¿Qué alternativas existen para los descarrilados? La violencia es de los enfermos y se cura con pastillas. Se burla de las salidas “mágicas” de la astrología, de las filosofías orientales como el yoga, el reiki, el concepto de ying-yang: no sirven las curas desde lo pacífico en el crudo mundo occidental. Entregado al final y con una decisión tomada, el suicidio pareciera tranquilizarlo como única alternativa a la depresión.
Como si pasara de página, Ciudad de la paz es el final reconfortante que no encaja. Este rock indie que cierra el disco debe interpretarse como una escena post-créditos, la redención que una porción de la audiencia necesita, volver al confort. Como un anexo, el disco se sostiene sin el último track, que podría tanto estar como no.
La oscuridad ya no da miedo
Para quien crece en la marginalidad, a la que sólo se puede ser arrojado y nadie pertenece, el ejercicio de la crueldad puede ser un acto de empoderamiento, una expresión del enojo, del odio, la insatisfacción.
Si bien la realidad de los hechos relatados no entra en cuestión, los límites entre biografía y ficción resultan difusos, como al inicio del relato sobre una inocencia interrumpida en la infancia y una familia atravesada por la violencia. Dylan posee la experiencia del esfuerzo de vivir en los bordes. Y del odio que eso genera. A través de Dillom, nos expone lo cerca que estamos de lo perverso.
El relato dramatizado en este disco tiene a la violencia como protagonista y su representación bipolar entre lo oscuro y lo ligero. Por momentos son golpes, bombo y bajo, latidos y atmósferas turbias creadas por cuerdas. Por otros, hay juegos y burlas, frases como chistes y baterías electrónicas que tocan ritmos bailables.
Haciendo el suficiente ruido, este disco despabila e invita a preguntarnos sobre una temática muy actual; el odio que crece desde la expulsión y su traducción en crueldad, ¿o no es este outsider una consecuencia de un orden igualmente cruel?
El kalimba es un instrumento musical idiófono de origen africano.
No concibo que sea inocente la frase que parece nombrar el apellido del presidente.
IЯЯƎVƎЯSIBLƎ (2002) es una película francesa escrita y dirigida por el cineasta argentino Gaspar Noé. La banda sonora fue compuesta por Thomas Bangalter, miembro del dúo Daft Punk.